Los hackers resuelven problemas y construyen cosas, y creen en la libertad y la ayuda voluntaria mutua. Para ser aceptado como hacker, deberás comportarte como si tuvieras esta actitud en tu interior. Y para comportarte como si tuvieras esta actitud, deberás creerte de verdad dicha actitud.
Pero si piensas en cultivar las actitudes de hacker solo como una forma de ganar aceptación en esta cultura, te estás equivocando. Transformarse en la clase de persona que cree estas cosas es importante para ti —para ayudarte a aprender y mantenerte motivado. Como en todas las artes creativas, el modo más efectivo de transformarse en un maestro es imitar la mentalidad de los maestros —no sólo intelectualmente, sino también emocionalmente.
O como dice el siguiente poema zen moderno:
Para seguir la trayectoria:Así que, si quieres ser un hacker, repite lo que sigue hasta que te creas lo que estás diciendo:
mira al maestro,
sigue al maestro,
camina junto con el maestro,
mira a través del maestro,
conviértete en el maestro.
El mundo está lleno de problemas fascinantes que esperan ser resueltos
Es muy divertido ser un hacker, pero es la clase de diversión que requiere mucho esfuerzo. El esfuerzo requiere motivación. Los atletas triunfadores obtienen su motivación a partir de un tipo de placer físico que surge de trabajar su cuerpo, al forzarse a sí mismos más allá de sus propios límites físicos. De manera similar, para ser un hacker deberás sentir un estremecimiento de tipo primitivo cuando resuelves problemas, afinas tus habilidades y ejercitas tu inteligencia.
Ningún problema tendría que resolverse dos veces
Los cerebros creativos son un recurso valioso y limitado. No deben desperdiciarse reinventando la rueda cuando hay tantos y tan fascinantes problemas nuevos esperando por allí.
El aburrimiento y el trabajo rutinario son perniciosos
Los hackers (y las personas creativas en general) nunca debieran ser sometidas a trabajos estúpidamente repetitivos, porque cuando esto sucede significa que no están haciendo lo único que son capaces de hacer: resolver nuevos problemas. Este desperdicio de talento daña a todo el mundo. Por ello, las tareas rutinarias, repetitivas y aburridas no sólo son desagradables, sino intrínsecamente perversas.
La libertad es buena
Los hackers son antiautoritarios por naturaleza. Cualquiera que pueda darte órdenes, puede obligarte a dejar de resolver ese problema que te está fascinando —y, dada la manera como trabajan las mentes autoritarias, encontrarán alguna razón espantosamente estúpida para hacerlo. Por eso, la actitud autoritaria debe ser combatida donde sea que se la encuentre, pues si se la deja te asfixiará, tanto a ti como a otros hackers.
La actitud no es sustituto para la competencia
Debes aprender a desconfiar de la actitud y respetar la competencia en todas sus formas. A ningún hacker le gusta perder el tiempo con quienes adoptan la pose de hacker, sino que veneran la competencia —especialmente la competencia al hackear, pero la competencia en cualquier ámbito está bien. Especialmente buena es la competencia en habilidades exigentes que poca gente domina, y la mejor es la competencia en habilidades exigentes que requieren agudeza mental, destreza y concentración.
Comments