Siempre he considerado mi vocación por la informática como un acto gradual. En cierta forma, siempre me he sentido predestinado por el contacto que tuve con ella durante mi infancia. No se explicar como surgió mi idilio con las ciencias computacionales, pero la verdad es que me enganchó desde el primer momento.
Así empezó todo…
Corría el año 1986, mis tíos acababan de adquirir un flamante Sinclair ZX SPECTRUM 128 +2. Sinclair acababa de ser adquirida por Amstrad y si no me equivoco este fue su primer modelo después de la integración.
El Spectrum tenia la forma de un teclado con una unidad de casetes a su lado, era negro y bastante grueso. Por que negarlo, era feo, pero tenía su encanto.
Estaba conectado a una pequeña televisión en blanco y negro, una vieja Elbe, creo recordar.
Al enchufarlo aparecía su intérprete de Basic, la primera consola de mi vida.
Cuando cargábamos algún juego se podía oír por los altavoces aquellos chirridos y pitidos tan característicos de la carga en casete. Que nostalgia me trae aquel sonido, sólo comparable al marcado de mi primer MODEM.
Los tiempos de carga eran eternos pero la ilusión de jugar bien lo valía, era su buena recompensa.
En cuanto a juegos que decir, nos podíamos pasar tardes enteras jugando al Bedlam, al ping-pong, Operation Wolf, Turrican, Smash TV, Tetris, Pac-mania, Arkanoid…
Los recuerdos de aquellas horas de diversión son imborrables.
También fue mi primer contacto con la programación. Realmente me dedicaba a copiar las páginas de código Basic del manual de ejemplos, la verdad es que todo me sonaba a chino, pero no me importó. Aquello me sirvió para entender que yo también podía hacer aquellos juegos tan divertidos, que no era nada mágico salido del eter.
Poco a poco, con el transcurso de miles de líneas, aquella sintaxis empezaba adquirir significado.
Así empezó todo…
Corría el año 1986, mis tíos acababan de adquirir un flamante Sinclair ZX SPECTRUM 128 +2. Sinclair acababa de ser adquirida por Amstrad y si no me equivoco este fue su primer modelo después de la integración.
El Spectrum tenia la forma de un teclado con una unidad de casetes a su lado, era negro y bastante grueso. Por que negarlo, era feo, pero tenía su encanto.
Estaba conectado a una pequeña televisión en blanco y negro, una vieja Elbe, creo recordar.
Al enchufarlo aparecía su intérprete de Basic, la primera consola de mi vida.
Cuando cargábamos algún juego se podía oír por los altavoces aquellos chirridos y pitidos tan característicos de la carga en casete. Que nostalgia me trae aquel sonido, sólo comparable al marcado de mi primer MODEM.
Los tiempos de carga eran eternos pero la ilusión de jugar bien lo valía, era su buena recompensa.
En cuanto a juegos que decir, nos podíamos pasar tardes enteras jugando al Bedlam, al ping-pong, Operation Wolf, Turrican, Smash TV, Tetris, Pac-mania, Arkanoid…
Los recuerdos de aquellas horas de diversión son imborrables.
También fue mi primer contacto con la programación. Realmente me dedicaba a copiar las páginas de código Basic del manual de ejemplos, la verdad es que todo me sonaba a chino, pero no me importó. Aquello me sirvió para entender que yo también podía hacer aquellos juegos tan divertidos, que no era nada mágico salido del eter.
Poco a poco, con el transcurso de miles de líneas, aquella sintaxis empezaba adquirir significado.
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